viernes, 16 de agosto de 2019

CHISTES DE MATRIMONIOS XCIII




★Un matrimonio celebrando su aniversario . La esposa le pregunta al marido :
   - ¡ Cariño! ¿qué me has comprado para celebrar nuestro aniversario?
   - ¡ Una tumba en el cementerio !
   - ¡ No seas  bromista … !
   Al año siguiente :
   - ¡ Cariño ! ¿qué me has comprado para celebrar nuestro aniversario?
   - ¡ Nada ... Total , todavía no has usado lo que te compré el año pasado !



- ¿Te has enterado ya de la desgracia de Pepe?
   - ¡ No ! ¿qué le ha pasado?
   - ¡ Se fugó con mi esposa ... !



★- ¡ Manolo , creo que el niño sabe que es adoptado ! 
   - ¿Y por que lo dices? 
   - ¡ Tiene miradas , gestos , detalles que me hacen pensar eso ! 
   - ¡ Son tonterías tuyas , yo no he notado nada ... Paco !



La dama insiste:
   - ¿Por qué no nos vamos a vivir a un departamento más caro?
   En eso suena el teléfono . El señor responde , recibe una información , cuelga , y 
    le dice a su señora :
  - ¡ Se cumplió tu deseo . Viviremos en un departamento más caro : ¡ nos acaban de 
       aumentar el alquiler ! 



★Dice un hombre :
    - ¡ Mi esposa se fue la semana pasado con mi mejor amigo . Realmente lo extraño
         bastante !



Estaba la madre gritando al niño : 
    - ¡ Pero que bribón y que tonto eres , igualito a tu padre ! 
    Y el marido que estaba en el salón escucha y dice : 
    - ¿Desde cuándo yo soy tonto y bribón? 
    Responde la madre : 
    - ¡ Tú cállate que no estaba hablando de ti ! 



★Un día , después de la Boda que mantuvieron los novios . El hombre coge a su 
    esposa en brazos y comienza a refunfuñar , y le dice la mujer :
    - ¡ No te quejes cariño , que la que lleva la maleta soy yo !



 Dice ella :
    - ¡ Cariño ! ¿probamos una POSICIÓN DIFERENTE esta noche?
    - ¡ Buena idea ; tú te quedas en la COCINA fregando los PLATOS y yo me siento 
         en el SOFÁ a ver la Televisión !






                             « El éxito es caer siete veces y levantarse ocho »
                                                       Proverbio japonés 

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